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Exposición de José Carlos Ñíguez

José Carlos Ñíguez nos presenta en esta exposición su especial mirada sobre un edificio rescatado de la antigüedad, el Teatro Romano de Cartagena, mostrando al espectador unas  imágenes inéditas captadas de la realidad pero que no ha reparado en percibir. Una mirada oculta que genera nuevas composiciones contemporáneas donde el color y  las texturas se muestran como metáfora de los enigmas que esconden estas piedras antiguas, que han sido testigo de tantos siglos de existencia.

El artista ha trabajado más de un año en el proyecto creativo centrando su lente en estos elementos pétreos, que arrancados de las entrañas de la tierra, fueron labrados por artesanos y canteros de otra época. Esas piedras antiquísimas del Teatro Romano y  aquellas obras de su programa ornamental expuestas en el Museo han sido la fuente de inspiración en Mirada Oculta.

La muestra reúne más de cincuenta fotografías de una gran calidad artística que transferidas a papel de algodón reflejan las emociones y sensaciones del autor, convirtiendo la obra fotográfica casi en un lienzo pictórico.  Así, la serie centrada en los altares con los símbolos de la Triada Capitolina y los cortejos femeninos que los acompañan, se presenta al espectador con una visión minimalista donde los claro oscuros dejan ver la suave caída de los pliegues de las vestimentas femeninas, pero también evocan las huellas del tiempo en sus rotos y fisuras, así como en los desgastes de las superficies pulidas por el trasiego de la historia.

La mirada del autor sobre la Rea Silvia nos permite penetrar en el interior de los huecos labrados en el mármol, visualizar los óxidos de las vetas y casi palpar los pliegues de su túnica. En la serie Paisajes sobre el graderío del Teatro Romano no prima tanto lo real sino la abstracción, generando una composición llena de contrastes y texturas, como paisajes lunares llenos de huecos y concavidades. Sin embargo, las curvas de las basas de mármol con sus molduras o las texturas en tonos rosáceos de las vetas de los fustes de las columnas le han inspirado un silencio más real, pero sin duda intimista, que impregna y caracteriza la obra de este fotógrafo.

Ese intimismo tan personal igualmente aflora en sus imágenes captadas un día de lluvia en el teatro; los reflejos del agua, las múltiples improntas en las vetustas piedras con las huellas de la gradina, el cincel o las cuñas son miradas del autor fruto de sus interminables paseos solitarios por el monumento, atento siempre a encontrar esa emoción de captar una nueva mirada, buscando un diálogo, escuchando la voz de las piedras.

José Carlos Ñíguez (Cartagena, otoño 1954). Es Doctor en Medicina, Especialista en Pediatría. Su vinculación con la fotografía se inicia en la década de los ochenta de forma autodidacta, aunque es a partir de 2007 cuando decide sacar a la luz su obra. Ha obtenido numerosos premios nacionales e internacionales y ha participado en exposiciones colectivas e individuales. Sus obras están en numerosas colecciones públicas y privadas.

Cuando se le pregunta sobre su fotografía, nos dice: «Anhelo que mis imágenes sean una incógnita en su propia realidad». El artista no mira el mundo para documentarlo, sino que lo toma como punto de partida para reinventarlo. Su realidad atraviesa el espacio de sus emociones, intentando abrir las puertas a lejanos universos que no percibimos. Sus imágenes residen en la intuición de aquello que se esconde al otro lado de la cámara: esos espacios donde habita lo inexplicable, lo asombroso, el misterio. En donde lo real y lo imaginario se confunde.

Elena Ruiz Valderas
Directora del Museo Teatro Romano Cartagena