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Bibliotecas
0 756Bibliotecas nace tras la lectura de un relato de Jorge Luis Borges, La Biblioteca de Babel. En dicho relato se describe un espacio semejante a los panales de una colmena donde se guardan de forma sistemática y ordenada libros en los que podemos hallar todas las combinaciones posibles de los alfabetos conocidos. Volúmenes de contenido absurdo se apilan en estanterías junto a aquellos que, por casualidad, han reunido la combinación necesaria para dar lugar a un relato coherente como El Quijote o La Biblia. Nadie que habite la Biblioteca ha conocido su límite, ninguno de sus moradores, bibliotecarios que allí nacen y mueren, ha conseguido descifrar la lógica de tal construcción. Curiosamente nadie lee, sólo se busca un sentido que a través de los libros que se revela imposible.
Bibliotecas son grandes superficies de papel que se levantan mediante la tinta y el collage a través de una técnica muy propia. Surgen como tal a través de una investigación que se remonta a diez años atrás y que se materializa a partir del 2018. No sólo buscan adentrarse en aquella cualidad esencial de los espacios construidos por los libros sino también en la reflexión acerca de la imposibilidad del conocimiento ¿Es posible encontrar tras la acumulación de reflexiones, relatos, datos e investigaciones contenidos en los miles de volúmenes la realidad misma? ¿existe algún sentido que imponga un límite a la búsqueda infructuosa del significado?
Bibliotecas se convierte entonces en la expresión plástica de esta desazón intelectual. En ellas se muestra librerías en espacios descontextualizados, como naves industriales abandonadas o iglesias vacías sin rastro de humanidad alguna, como si el hombre se hubiera rendido a la evidencia de su propia incapacidad de descifrar el nexo común que establece el sentido. La misma técnica a través de las que han sido construidas, muy anclada en el arte povera, revela dos lecturas: aquella que se capta a primera vista, lo que llamaríamos “de lejos”, que nos ofrece un espacio coherente aunque absurdo, pero reconocible, y aquella que obtenemos cuando nos acercamos al cuadro e identificamos todos aquellos objetos que construyen la biblioteca y que se ofrecen ahora separados, dispersos y caóticos ante la mirada del espectador la cual, de la misma manera que los bibliotecarios del relato, se enfrenta a un microcosmos formado de plumas, trozos de periódico, papel de lija, hojas, tierra cuyo sentido y biografía desconoce… se nos revela entonces un amargo descubrimiento: para construir la realidad hay que olvidarla. Formar un mapa coherente que integre aquello percibido implica componerlo dentro de los límites que marcan los conceptos aprendidos socialmente, es entonces cuando nos alejamos del cuadro y no podremos entender una Biblioteca si no es tras el exilio de todos los elementos que los forman.
Babeles como construcciones imposibles en busca del conocimiento y los rostros solitarios de bibliotecarios encerrados en sus cajas completarán el sentido la muestra anclándola más si cabe en el relato.
Las Bibliotecas serán testigos de la pasión estéril que desea conducirnos a la verdad, una intuición filosófica que ya Borges materializó en su relato: aquella que Nietzsche anunció en sus escritos y que inició todo el pensamiento contemporáneo: la rendición ante el caos de los sentidos y la imposibilidad de conocer y comprender la insondable multiplicidad del mundo y de nosotros mismos… es el relato de la soledad que conlleva cualquier aprendizaje… los libros se levantan, pues, ordenados en enormes edificios, silentes, orgullosos y absurdos…
Pau Pellin
Horario de visitas
Lunes a viernes de 11 a 14 y de 18 a 20:30 horas.