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de César Antonio Pons

Tal vez desde el arte, podamos encontrar una respuesta prudente que nos lleve a una comprensión más cercana a lo racional sin dejar de perder la emoción. La diversidad puede tener tantas lecturas como miradas, pero no es el propósito de esta muestra dilucidar el concepto.

El discurso de la muestra no es lineal, este creador dialoga con diversas etapas, temas y conceptos que nos llevan a transitar por los altos y bajos de sus vivencias y de las inquietudes e interrogantes que tributan a su reencuentro con una parte de sus orígenes. En una tierra de acogida, cercana por la lengua, la cultura y por otras tantas cosas que le recuerdan con las sutilezas de estos tiempos, su diferencia. De igual manera la contraposición de realidades lo llevan a la subjetividad, a la búsqueda de respuestas en diferentes espacios que como un rompecabezas muestra la maravilla y también lo trágico de lo diverso, que incluye las acciones de los seres humanos.

Cesar Pons Carnero recurre al dibujo para introducirnos en su subconsciente lleno de vivencias y experiencias sin acabar. Por ello salta, busca en él y en lo que le rodea, en lo que encuentra y en lo que dejo. Su trazo nos acerca en el tiempo a las diversas vivencias de ese niño que piensa, siente y exige su lugar. Recrea los torsos sinuosos de las féminas que logra fragmentar y a la vez diversificar al tomar personalidad propia. Resalta el cuerpo danzante que se estira y quiebra al dialogar con la tensión de hilos que salen de una mano regeneradora que alberga la fuerza y a la vez la delicadeza de un fino encaje.

Por otra parte juega con la luz y la sombra, cuan diversas y unidas, para lograr a través de las poderosas piernas de una bailarina el equilibrio que también nos brinda lo derecho y lo izquierdo.

El surrealismo en los temas y formas que proyectan las propuestas de este joven apasionado y preocupado por el medio ambiente, los cambios en la conciencia del individuo y de la sociedad actual, tributan a un llamado a la conciencia de los que hoy vivimos en este hermoso planeta.

El artista acude en la mayoría de las obras a una paleta reducida, el blanco y el negro, como expresión contradictoria de lo diferente, pero esto es sólo apariencia formal. En su concepto nos plantea que en estos dos colores existe una profundidad tal que puede darnos el rango máximo de una diversidad que debemos analizar y aceptar como una distinción necesaria para el enriquecimiento de nuestros universos.

Carlos Velázquez Fernández